lunes, 6 de febrero de 2012

Grandes clásicos del absurdo de ayer y hoy: Salvemos al Rey.

El absurdo es algo que ha fascinado al ser humano desde el inicio de los tiempos.
¿Que es lo que hace al absurdo tan atrayente? ¿Será que estimula nódulos cerebrales de la felicidad?¿Será que es una metáfora de nuestra existencia sin sentido?¿Será porque, a veces, es preferible la no-realidad a la mísera vida que llevamos?¿O será que es tan universal que hasta un mono con sombrero de hélice puede entenderlo? (Numeroso científicos han intentado demostrar esto último poniendo monos con sombrero de hélice, elemento ya de por si absurdo, frente a un espejo, el resultado ha sido un bucle infinito de comprensión absurda que ha desembocado en una colorida explosión de los sesos de los sujetos de estudio).

Desde que los dadaístas suizos comenzaran allá por 1916 a abrir diccionarios con cuchillos en busca de palabras sin sentido el ser humano ha convertido el absurdo en un estilo de vida y son numerosísimos los artistas (y tíos aburridos como yo) que se han desvivido por convertirlo en un, incomprendido todo sea dicho, arte.

Hoy os quiero presentar a uno de esos artistas, concretamente a una de las mayores eminencias de absurdo español: Joaquín Reyes. Seguro que la mayoría lo conocéis, ya que ha realizado numerosos monólogos en el club de la comedia, ha representado diversos papeles de cine humorístico y ha dirigido Museo Coconut, Muchachada Nui y La Hora Chanante, considerada por muchos su obra magna.
En esta última es donde representó, en opinión humilde del escritor, su mejor personaje: El Payaso.
No os voy a dar mucha explicación sobre este personaje salvo que es un payaso (quien lo iba a decir) con "buenas" ideas para ganar dinero y grandes inquietudes artísticas.
Para que tengáis mejor idea del personaje os dejo uno de sus más absurdos Sketch (lo he tenido que buscar el google vaya palabra más raruna) en el nos muestra su última obra de teatro: Salvemos al Rey.


Simplemente sobrecogedor. Drama, acción, suspense y humor absurdo condensados en una obra impresionante de bajo presupuesto (basicamente lo que se gastaron en lo que sea que se fumaron antes de rodarla).

Con mi mayor voracidad:

Carne

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