En la niebla...

Nada... eso era lo que veía el cazador.
La niebla era tan espesa que tapaba todo lo que estuviera a más de un metro de él.
"Maldito idiota"-pensó-"tantos años cazando monstruos y vas a encontrar tu perdición en la niebla, como un novato cualquiera". Agudizó todo lo que pudo sus sentidos pero fue inútil, no recibió más estímulo que el olor y el sonido de la sangre de catoblepas que goteaba de su hacha.

Entonces sintió algo, no con los ojos, ni con los oídos, ni con ningún otro de sus sentidos, simplemente lo sintió... Había algo más en la niebla, algo más peligroso que un catoblepas, que una quimera, incluso que un dragón...
"Ojala sea un dragón"-deseó el cazador para sus adentros en un intento de calmar sus nervios. Pero él sabía que se equivocaba, sabía que se enfrentaba a algo que le superaba, algo grande, más grande que el mismo miedo.
De repente la niebla se oscureció, empezó a arremolinarse por todos lados, el cazador respiró hondo,bebió el contenido de un frasquito que llevaba en el bolsillo, empuñó el hacha con las dos manos y  preparó su guardia...

Espera un momento... ¿cinco entradas seguidas sin ningún chiste? ¿Ni siquiera uno de penes de esos facilongos? ¿Ninguna enseñanza práctica para la vida diaria? Tranquilos guisantitos, esto es un blog educativo y vais a sacar algo provechoso de esta entrada.
Que comiencen las clases de inglés:

Con mi mayor voracidad:

Carne