Quinta colaboración: Nube de fresa

Hola guisantitos, aqui os traigo la... ¿Quinta podría ser? Joder es que de estas cosas de obrero se encarga Salsas que para eso le pagamos... Creo que voy a tener que reducirle el número sacos de nabos mensuales...
En fin y para no liarnos, os traigo la colaboración de Nube de Fresa que nos ofrece un cuento corto absurdo ambientado en el día a día:

Salía del metro de Ciudad Universitaria dispuesta a dejarme captar por los jóvenes vampiros que todos los lunes pedían donaciones de sangre a la puerta de la estación. Habían montado su pequeño Transilvania a pocos metros. Se trataba de un autobús lleno de camillas para llevar a cabo la extracción cómodamente, mientras compartías conversación, alcohol y un puro con otras reservas de eritrocitos que visitaban las instalaciones como tú.
Total, que subía las escaleras cargada de altruismo hasta las cejas cuando me topé con una joven con una cojera notable. Como me sobraba bondad aquella mañana, pensé que sería una buena acción solidarizarme con la chica, de modo que la adelanté arrastrando una pierna escaleras arriba. Sentí tal satisfacción por mi mimética acción que fui copiando las deficiencias estructurales de todos aquellos que se cruzaban por mi camino. Un bizco, una manco, otro con espasmos en una mano, un caballero que caminaba con la oreja pegada al hombro y una mujer incapaz de mantener sus dos cejas a la misma altura entre otros grabaron sus particularidades en mi cuerpo, una detrás de otra. 
Cuando me quedaban pocos metros para llegar a Transilvania, y con el esfuerzo notable que acarrea manejar mi cuerpo cargado de nuevos atributos, alguien me detuvo sujetándome del hombro que no llevaba pegado a la oreja. Se presentó como dueño de un circo de renombre que buscaba nuevos talentos para mejorar su espectáculo antes de comenzar una gira mundial. Fascinado, me contó que jamás había encontrado un ejemplo más aberrante de superación y me rogó que accediera a ocupar un lugar en su troupe. Tal y como está el mundo, con el paro, la crisis, la contaminación que asola Madrid, la telebasura y otras calamidades no me lo pensé y accedí intentando enfocar con mi estrábica mirada a mi nuevo jefe.
Ahora soy feliz viajando por todo el mundo, cosechando éxitos allá donde vamos. Hasta me he enamorado, porque hasta los cuerpos más desmejorados esconden un corazón. Mi marido, enano y relaciones públicas de nuestro circo, me ha dado tres hijos maravillosos. Todos han heredado alguna de mis cualidades, pero ya se sabe, es imposible luchar contra la naturaleza.


Adorabilisima Nube de Fresa